Hace tiempo no me tocaba estar en el momento preciso... Recordé todas esas veces que, mientras un doctor trataba de salvar la vida de un paciente o comunicaba a algún familiar alguna noticia -generalmente desagradable-, yo tomaba la mano de alguien, seguía instrucciones de enfermería, intentaba hacer más leve la experiencia para los que estaban alrededor.
"¿Qué hacemos nosotros en estos casos?" preguntó Alex.
En realidad hay algunas cosas: ayudar a enfermería si lo solicitan, platicar con el resto de los pacientes, facilitar cosas/procesos a los familiares, quitarnos del paso ("no estorbar" le dice Alfonso)... en fin, hay opciones. Sin embargo hay una que me parece más compleja pero muchas veces es lo único que podemos hacer: ESTAR.
Los doctores sacan a familiares y los pacientes se quedan solos, atentos a los ruidos detrás de sus cortinas, otros con la cobija tapando su cabeza para no escuchar, algunos que repiten oraciones... Muchas veces nuestro mayor trabajo podría ser tomar la mano del paciente que está enfrente llorando, del que tiene miedo, del que acaba de perder a un vecino de cama (y que muchas veces ya se convirtió en amigo)...
¿Y cuando se trata de la persona que espera la hora? Cuando no hay familiar o amigo que lo despidan... Quizá en este caso es cuando podemos ser más "útiles", si así lo queremos ver. Sin duda siempre será lo más fuerte (almenos para mí) pero he visto el poder de una caricia en la frente, esperar a un lado, leerle algo, poner una cobija o dar un masaje en los pies*, etc.
Tal vez muchas de esas veces no sabremos qué decir o hacer pero si tenemos la oportunidad y si queremos hacerlo, prestar orejas, una mano, una mirada; quedarnos en silencio y acompañar... con eso basta.
Uno nunca sabe que parte de nuestro "no hacer nada" hace la diferencia.
*No pude evitar acordarme de Lupita, que en octubre del 2007, poquito antes de cerrar sus ojos, me agradeció y cuando pregunté por qué, respondió: "Por venir, no sabes que alegría sentía nada más de verte".
Y bueno, les comparto esto que escribí algún día para esas personitas...
FE
Te veo desvanecerte,
luchando contra el miedo
con sueños quebrantados
sintiendo el desconcierto.
Un día se va volando
y el siguiente pasa lento,
ya nada es certero…
Aún así sigues sonriendo.
Te miras al espejo
del pasado y el presente,
esperas al dolor
y te lo topas frente a frente.
Con tus lágrimas brotando
purificas bien tu lecho,
luego con fervor repites
oraciones en secreto.
Después de la batalla
comienza a darte sueño,
no sabes si hay mañana
y te duermes con recelo.
El sol se va mezclando
con tus ganas de vivir
tus párpados se abren
y la fe se queda en ti.
domingo, 4 de octubre de 2009
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Pak Karamu visiting your blog
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